¡Nos estamos aproximando al límite de personas que la Tierra puede sostener!

¡Los seres humanos estamos modificando el medio ambiente para satisfacer nuestras necesidades!

¡Mi preocupación por el deterioro del medio ambiente se ve reflejada en mis acciones en pro de su cuidado!


¡Las personas a mí alrededor manifiestan una gran preocupación por el cuidado del medio ambiente, pero en su vida cotidiana no han cambiado sus acciones ni conductas efectivas!

¡Yo no contamino, los demás si!

Expresiones como las anteriores, podemos encontrar muchas. Cuando tenemos noticias de sequías, inundaciones, aumento de enfermedades y muertes, aumento de la población e incremento del consumo de energía, uso y abuso indiscriminado de recursos naturales, desertificación, efectos del desarrollo tecnológico, degradación ambiental, escasez de agua, exceso de basura, pérdida de biodiversidad, uso habitual de transporte privado, uso de productos químicos prejudiciales, etc. lo sentimos como algo que sucede lejos de nosotros, sólo estamos pendientes por el espacio inmediato en el que vivimos, la percepción de la degradación del planeta como un todo, no la integramos a nuestra “preocupación ambiental”.

¿Y por qué sucede lo anterior? Los problemas ambientales significan cosas diferentes para diferentes personas y esto nos lleva a que no todo el mundo se preocupa en la misma medida, ni en los mismos aspectos del medio ambiente y en muchos casos el interés por las cuestiones ambientales ni siquiera existe. Nuestra conducta se rige por los escenarios físicos y sociales concretos, actitudes específicas y por necesidades personales propias. Nuestro espacio vital es al que le damos sentido.

Sin embargo como seres humanos poseemos la capacidad de pensar, razonar y ser conscientes. No podemos ser ajenos a lo que ocurre a nivel global, ni suponer que lo que sucede en otros lugares no nos afecta.

Los conocimientos, percepciones, conductas y actitudes son dimensiones que en conjunto, conforman el concepto de “conciencia”.

La conciencia contribuye a la formación integral de las personas, a su educación en todos los niveles. La educación ambiental debe ser el activador de la conciencia ambiental en cada uno de nosotros.

Según Manuel Jiménez, el concepto de conciencia ambiental está formado por las palabras:“conciencia” que proviene del latín conscientia, y se define como el conocimien


to que el ser humano tiene de sí mismo y de su entorno; y la palabra “ambiente o ambiental, se refiere al entorno, o suma total de aquello que nos rodea, afecta y condiciona, especialmente las circunstancias que influyen en la vida de las personas o la sociedad en su conjunto. El ambiente, comprende la suma de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar o momento determinado, que influyen en la humanidad, así como en las generaciones venideras

La conciencia ambiental significa conocer el entorno para cuidarlo y que las próximas generaciones también puedan disfrutarlo. (Jiménez, 2010: 731)

En el concepto de conciencia ambiental se pueden distinguir cuatro dimensiones:

·     Cognitiva: grado de información y conocimiento sobre cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Ideas

·        Afectiva: percepción del medio ambiente; creencias y sentimientos en materia medioambiental. Emociones

·         Conativa: disposición a adoptar criterios proambientales en la conducta, manifestando interés o predisposición a participar en actividades y aportar mejoras. Actitudes

·  Activa: realización de prácticas y comportamientos ambientalmente responsables, tanto individuales como colectivos. Conductas

Estas dimensiones deben estar acordes con los componentes del ambiente donde se desarrolla la vida en nuestro planeta:

·         El hombre, la flora y la fauna

·         El suelo, el agua, el aire, el clima, el paisaje

·         Las interacciones entre los anteriores

·         Los bienes materiales y el patrimonio cultural

 Son el soporte de todas las actividades humanas y por lo tanto susceptibles de ser modificados.


Algunos de los aspectos importantes que deben fortalecerse para fomentar la conciencia ambiental son:

1.    Reconocimiento, valoración y uso adecuado de los recursos naturales.

2.    Educación ambiental enfocada a adquirir conocimientos e información, pero sobre todo a promover la colaboración para construir un mundo mejor.

3.   Promover acciones encaminadas a establecer el reciclaje, la reducción y la reutilización, como prácticas cotidianas, iniciando desde el hogar y los sitios de trabajo.

4.  Minimizar la compra de productos que realmente no  necesitamos, fomentando el consumo ambiental responsable.

VIDEOS


Recopilación de carteles en pro de la Conciencia Ambiental

*ConsultorÍa en Producción más Limpia y Eficiencia Energética

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